lunes, mayo 14, 2007

Borracho y moribundo.-

Puro silencio y agonía,
al entrar en su lecho,
fue sentirse maltrecho,
al no estar en compañía.

Recurrente en el desencanto,
no se encuentra con el consuelo,
y se queda mirando al suelo,
esperando escaparle al espanto.

Por confiarle al destino,
el rumbo que ha seguido,
ahora se encuentra perdido,
muy alejado de su camino.

Desesperado por su rumbo,
echado en una cama de reproches,
se ha pasado tantas noches,
borracho y moribundo.

Osvaldo Facundo Benítez Meabe
Cable a Tierra

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