Sangrando la memoria.-
Uno sangra la tinta,
con que escribe la historia,
esa tinta es la memoria,
que no se puede borrar.
cual la sangre que seca,
la historia interpreta,
cada caso a su antojo,
sin haber visto su ojo.
somos testigos ciegos,
y obramos en tal aspecto,
a veces creyendo es recto,
juzgamos sin saber nada.
víctimas de la escritura,
de algún memorioso olvidado,
que fue cambiando al costado,
lo que los ojos vieron de frente.
Osvaldo Facundo Benitez Meabe
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