El tiempo invencible
se va perdiendo con el lucero,
la oscuridad que me atrapa,
encontrándose muy guapa,
la mujer que me acompaña.
siempre es larga la noche,
cuando uno la quiere terminar,
mas no hay forma de lograr,
que no termine cuando hace falta.
extraña jugada del tiempo,
que se nos ríe en la cara,
negando complacer los pedidos,
dándonos por perdidos.
pensando encontrar la manera,
me saludó el sol sonriente,
sabiendo lo que hubo en mente,
me avisó él de mi fracaso.
Osvaldo Facundo Benitez Meabe
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